Economía doméstica: Definición y sus características 

Se define como economía doméstica al análisis y comprensión de la gestión de recursos financieros dentro de las familias. Este concepto ayuda a identificar y comprender patrones que se presentan en la administración de un hogar en cuanto a gastos, ahorro e inversión. 

El objetivo principal de la economía doméstica es brindar el conocimiento para administrar de manera eficiente los recursos económicos y promover una cultura financiera sana. 

Esta rama de la economía busca analizar de manera profunda cómo es que las familias en un hogar administran su dinero además de buscar herramientas para optimizar este recurso con base a los ingresos disponibles de cada miembro que aporte a la economía de la familia. Es por esta razón que una vez más hacemos hincapié en la educación financiera, pues es indispensable para aplicar estos conocimientos dentro de nuestros hogares y en demás áreas de nuestras vidas. 

La economía doméstica hace que las personas involucradas tengan en cuenta diferentes factores al tomar decisiones basadas en un presupuesto. Cuando llevamos buenas prácticas financieras nos hacemos más conscientes y tenemos una nueva y mejor perspectiva del dinero en nuestro hogar. De esta manera actuamos desde la conciencia y no desde el impulso porque sabemos en qué debemos gastar, cuanto, cuando y cuales son nuestras posibilidades de hacer crecer nuestro dinero como en el caso de tener inversiones. 

Claves para llevar una buena economía doméstica: 

  1. Elabora un presupuesto

Se requiere de unas cuantas horas y un poco de esfuerzo para establecer un presupuesto que ayude a administrar los ingresos y egresos dentro de tu hogar. Una vez establecido dicho presupuesto debes apegarte a él, por eso es necesario que seas realista a la hora de establecer una cantidad fija para cada necesidad que se presente en la familia. 

  1. Analiza tus compras 

Llevar registro de todas tus compras permite analizar en qué gastas tu dinero y de qué manera puedes eliminar ciertos gastos que muchas veces son únicamente por impulso y no por una necesidad real.  

  1. Prioriza tus gastos 

Hay gastos que son necesarios, urgentes y algunos no tan urgentes que pueden esperar. Haciendo una lista del 1 al 10 donde pongas el 1 como alta prioridad y el 10 como no necesario, para identificar qué gastos debes cubrir con anticipación y tener un margen para cubrir los demás que no son tan necesarios e indispensables. 

  1. Fomenta el ahorro

Fomentar el ahorro crea a corto plazo un hábito muy saludable para las finanzas de nuestro hogar, es por eso que aunque sea una mínima cantidad de dinero (de acuerdo a nuestras posibilidades) destinada a nuestro ahorro, nos hará sentir seguros ante cualquier emergencia. 

  1. Usa con responsabilidad el crédito 

El crédito es una excelente herramienta para apalancar nuestros proyectos o gastos. Sin embargo, debemos usarlo con mucha responsabilidad y fijar cuál es el objetivo de este crédito para realmente cumplir y alinearnos a ese propósito. Que sea usado como deuda buena y no mala. 

Si llevas buenas prácticas en cada uno de estos puntos clave, tu relación con el dinero será más sana, protegerás tu patrimonio, aprovecharás al máximo el uso de créditos porque no tendrás miedo de endeudarte, tendrás un ahorro y podrás aspirar a tener dinero en inversiones que multipliquen tus recursos económicos.

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